- On 9 marzo 2020
- By Claudio Aveiro
- Tags integracion, mujer, petroleo, ypf
Érica, un ejemplo de integración femenina en la refinería de YPF
Una transformación con caras cada vez más visibles
Érica Gallardo, operaria de planta en la refinería de YPF, es ejemplo de integración femenina en un universo hasta hace poco de los hombres.
Cuando tenía 7 años, Érica Gallardo viajaba con su madre rumbo a Cacheuta. Vio por la ventanilla del colectivo, a lo lejos, la estructura de la refinería de Luján de Cuyo y le dijo a su mamá «algún día voy a trabajar ahí». Hoy, a 33 años de aquella anécdota, Érica está orgullosa de ocupar una posición como operaria en la planta Slop del complejo lujanino. “Proponernos metas y llegar, siempre con honestidad y esfuerzo”, dice como recitando un slogan al recordar cada uno de los pasos que dio para conseguir su objetivo.
Reconoce en su madre a la mujer que le infundió estos preceptos. Ella proviene de una familia humilde y muy unida. Tiene 40 años, cinco hermanos, es soltera y con mucho esfuerzo cursó el secundario hasta obtener el título de técnica química industrial en la escuela Julio Krausse de Luján de Cuyo que fue, en definitiva, la llave que le abrió las puertas para trabajar en YPF. Apenas egresada realizó una pasantía en los laboratorios de la refinería y después de esa experiencia supo que era lo suyo. «Había 5 vacantes en mi curso y salí sorteada. Lloré de emoción. Ese día marcó mucho mi vida», recuerda Érica.
Su buen desempeño como pasante permitió que su currículum quedara en la mira de los reclutadores de YPF y así fue que, con algo más de 20 años de edad, comenzó a trabajar en Opessa, el sector de YPF que opera las estaciones de servicio propias de la compañía. «Empecé como vendedora de playa, después pasé a referente de turno hasta que llegué a responsable de turno. Es muy importante recibir a los clientes con una sonrisa y estar predispuesta siempre. Entendí desde un primer momento que tenía en mis manos el poder de hacer que ese cliente vuelva», relata Gallardo.
Fueron para ella 18 años entre surtidores y mangueras de combustible en distintas estaciones de servicio hasta que llegó otra oportunidad: ingresar a trabajar a la refinería. Desde hace menos de un año se desempeña en la planta Slop, en la que se realiza el proceso final de separación del petróleo recuperado de las piletas, para dividirlo del agua y de otros elementos sólidos. Trabaja en turnos de cuatro días por otros cuatro de descanso, con un régimen laboral de 12 horas diarias y es la única mujer en el equipo. Lo hace a la par de sus compañeros hombres, operando bombas centrífugas, controlando la calidad del petróleo que recuperan, limpiando filtros, reciclando y clasificando residuos y elaborando reportes diarios, entre otras funciones.
El caso de Érica rompió un paradigma respecto de este tipo de régimen y funciones laborales para una mujer.
En la actualidad, el sector petrolero y YPF en particular cuenta cada vez más con una cuota femenina importante. La equidad ocupa una porción muy relevante en cada una de las acciones que se desarrollan. Hoy es frecuente encontrarse con mujeres ocupando distintas posiciones en todas las áreas de la compañía, desempeñando roles que hasta hace poco tiempo eran de exclusividad masculina.
«Las mujeres estamos en camino a una integración total. Y para esto, creo que un 50% es responsabilidad de nosotras y el otro 50% de los hombres. Es un aprendizaje que debemos recorrer juntos y, aunque todavía nos falta, siento que lo estamos haciendo. Yo me siento una más entre mis compañeros», añade Érica.
Ella hoy mira al futuro de la mano de la capacitación. «Ya tengo cursados 4 años de la Licenciatura en Higiene y Seguridad. Mucho tuvo que ver en esto la motivación que mis compañeros me dieron para empezar y recibirme es uno de mis objetivos de vida», finaliza Gallardo. Fuente Diario Los Andes
Érica completó con NUT Educación el curso Formación para Ingresantes a Industria Petrolera